viernes, 31 de julio de 2009

articulo revista Do - mayo 2007

EL TAOÍSMO PRIMITIVO

La Filosofía de ésta escuela no trata de un compendio de “conocimientos”, de una doctrina, sino que trata de una “experiencia” de allí el nombre de Tao o Do, camino.
Los maestros taoístas denunciaron los males de la civilización y preconizaron la vuelta a la vida primitiva campesina.
Pusieron su acento en la vida natural y no en el accionar del hombre.
Fundamentaron la doctrina del no hacer Wu-Wei en “una oscura metafísica” según dice Orta Nadal (1); en “una sencilla vida del tipo estoica o espartana”; “no de inacción sino de acción espontánea”, según Wing-Tsit Chan (2)
Para un mejor decir, Wu Wei es actuar conforme a la naturaleza, conforme a las mutaciones que impulsa el constante devenir, y no el actuar del hombre vulgar, que al intentar en vano detener el cambio constante sufre infortunio, tacha y vergüenza (tres efectos negativos derivados de la ausencia de frutos por parte de la naturaleza, de la sociedad y de la propia conciencia, respectivamente).
Desde el punto de vista metafísico el taoísmo está abierto al infinito e identifica todo con el Principio (Tao) o principio racional del universo. Por lo tanto se trata de la contemplación pasiva de la naturaleza y la identificación con el Principio, no coincidimos con Marín, quien habla de una identificación con la naturaleza. Este autor cree que se trata de una especie de “animismo” o “panteísmo”, (3) por el contrario, creemos que se trata de un verdadero “monismo”. Y en lo que respecta a la naturaleza, sólo cobra importancia ética ya que metafísicamente es irreal, sólo el Tao es real.
Coincidimos con Adolfo Carpio en que al taoísmo no le interesa el individuo más que para incorporarlo a la totalidad social o universal; no le interesa la verdad personal, ni la fuente del conocimiento; desprecia la literatura, y la educación de la clase de los funcionarios; no le importan las ideas abstractas, y no tiene necesidad de designar al sujeto. No es su objetivo informar correctamente, es mas importante la belleza estilística y su claro objetivo es dirigir las conductas.
La realidad no puede ser nombrada, sólo aludida, es por ello que el estilo literario es más cercano a lo poético que a lo racional; lleno de aforismos, símbolos, figuras, narraciones y leyendas. Sus expresiones se basan en la analogía y el contraste de los opuestos.(4)
Coincidimos con Marín al decir que “Lao Tze sensibilizó a la China para el Budismo, su enseñanza era mística y de fuerte afirmación del mundo pero con su crítica al accionar humano (negativismo, no acción) se anticipó a la negación del mundo del budismo”(5)
De Chuang Tszé dice: “ puede colocarse a la cabeza e una cadena de pensadores que, pasando por Platón, Dionisio el Areopagita, Meister Eckhardt y Jacobo Böhme, vendrían a desembocar en Hegel y en su metafísica dialéctica.” (6)
Desde un punto de vista psicológico el taoísmo es un tipo de pensamiento introvertido y extremista. Algunos eruditos lo comparan con el pensamiento de Nietzche o de Berard Shaw (7).
Compartimos a medias esta observación del Profesor Cappelletti, ya que Friedrich Nietzche (1844-1900) alzó su voz no sólo contra el positivismo de su época, sino también contra el naturalismo, en especial en sus llamados segundo y tercer período (1877-1883) donde exalta la figura humana y elabora la doctrina del Superhombre.
Quizás encontremos un mejor referente en el italiano Roberto Ardigó (1828-1920) creador de un positivismo naturalista. O en el inglés Herbert Spencer (1820-1903) quien elevó la teoría de la evolución de un campo unitario a toda la realidad. Menciono a estos dos autores porque hicieron un importante aporte a campo pedagógico, y presumo que por ello son mas conocidos que otros filósofos que sólo escribieron para eruditos de su propio campo.
Pero sólo un autor merece compararse a la doctrina taoísta; en toda su concepción es taoísta, en la crítica social, en la defensa del campesino y en la ética fundamentada en una religiosidad colectiva y natural. Me refiero al ruso León Tolstoi (1828-1911).

(1) Ricardo Orta Nadal, La Intuición Espacio y Tiempo en la Tradición cultural China, Anales de Arqueología y etnología, T XIX, Mendoza, 1964, p. 120.
(2) Wing-Tsit Chan, “Historia de la Filosofía China”, en “Filosofía de Oriente” , Breviarios del Fondo de C. E., Méxxico, 1954,pp. 65 y ss.
(3) Juan Marín, Lao Tze o el universismo mágico, Austral, Bs.As., 1952,p.28.
(4) Adolfo P.Carpio, El Tao Te King de LaoTse, Ed. Sudamericana, Bs. As., 1957, p. 9 y ss.
(5) Juan Marín,Op.Cit.p.21
(6) Idem, p. 93
(7) Angel Cappelletti, Lao Tse y el Taoísmo primitivo, Separata de la Revista de la Universidad de Santa Fe, Nro 61, Santa Fe, 1964, p.25.

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