viernes, 31 de julio de 2009

Comferencia sobre Budismo


Lamentablemente siempre debemos comenzar el abordaje de cualquier tema que tenga que ver con oriente enumerando las dificultades para realizar tal estudio, proponiendo soluciones de alcance inmediato que nos permitan sortear las dificultades que señalamos, y haciendo , cada vez, una “introducción” al tema. Sin olvidarnos que, además, debemos aclarar por anticipado cual será el método empleado y cual el objetivo buscado, o punto de arribo.
Todos ustedes saben que la Ciencia, justamente hace lo contrario, da por sentado y conocidos una serie de presupuestos, el vocabulario técnico tiene una precisión mayor que el vocabulario vulgar y se conoce el método a emplear. Todo esto ahorra al autor el tener que comenzar una y otra vez desde el principio y el perderse en explicaciones del cómo y el por qué.
Esto no significa que nuestra clase de estudios carezca de seriedad, sino que estamos en una etapa que algunos autores coinciden en llamar “etapa pre-científica”. Como no es interés de esta charla aclarar tal tema, no lo haremos, baste con decir que no se puede presentar separado de la falta de interés académico por todos los temas relacionados con oriente. Al respecto me gustaría parafrasear al profesor Angel Cappelletti que sobre este desinterés decía “con esta actitud nos mutilamos concientemente de media humanidad, tal como sucedió con el voto universal, declamado por todos pero, con medio género humano fuera de él, el género femenino” (Angel Cappelletti, Filosofía Argentina del Siglo XX, UNR Editora, Rosario, p.179)
No cabe duda que tanto el Centro de Estudios orientales, como la Asociación, y los docentes universitarios que los integran, tal como algunas autoridades de esta Universidad, concientes que este nuevo mundo que nos toca vivir, exige un giro de timón de 180 grados, abren esta posibilidad de reflexionar juntos, docentes, alumnos, especialistas y miembros de la comunidad para que el concepto “humanismo” deje de revelársenos, en estos casos, como una falacia y alcance el verdadero sentido ecuménico que tiene, integrando a toda la humanidad.
Comenzaremos señalando tres grandes dificultades:
En primer lugar muchos autores niegan al pensamiento oriental el derecho de llamarse filosofía, pero todos sabemos que en el vocabulario común, se indica todo lo contrario. Estamos persuadidos que en oriente se filosofa más que en occidente, donde somos más pragmáticos. Los orientales, cree firmemente el saber popular, tienen una particular “filosofía de vida”. Estos y muchos otros ejemplos desmienten aquella aseveración que niega el carácter de filosofía al pensamiento oriental. Lo que realmente se pretende es prohibirles a tales manifestaciones del espíritu humano el acceso a ciertos espacios prestigiosos del pensamiento occidental. Por lo tanto, no sólo no es filosofía, sino que “tampoco cuentan con un desarrollado sistema lógico”, “no han podido elaborar una epistemología”, etc. Etc. Tampoco debemos esforzarnos, en esos casos, en demostrar su falsedad, avanzando en nuestra exposición caerá por su propio peso.
Dice Jung (Carl Jung, El Secreto de la Flor de Oro,-Richard Wilhelm, Paidós, Bs. As., 1955, p.21) “El occidental rechaza la “vivencia” (que involucra los sentimientos) y adopta la objetividad científica (epistemología) y el conocimiento parcializado (especialidades) por lo que se exila al saber oriental al oscuro campo de las creencias o supersticiones.”
Probablemente este tipo de pensamiento etnocentrista se deba, tal como dice Thomson, (George Thomson, Los Primeros Filósofos, S. XX, Bs. As., 1975, trad. Alfredo Llanos, p.193 y ss.) a la frase acuñada por Cornford “la filosofía nació en el siglo VI AC en Grecia. Esto constituyó lo que se dio en llamar “el milagro griego” sustentado en la falsa suposición que tal acontecimiento no se dio en ningún otro lugar del mundo ni en ninguna otra época. De este modo se satisfacía el deseo etnocentrista occidental al convertirnos en únicos herederos de tal hazaña del genio humano. El título de la obra de Cornford es bastante revelador: “From Religión to Philosophy”, escrito en 1912. Esta idea de “laicización del mito” al montarse sobre el sentimiento etnocentrista pronto cambió a su opuesto: de laicización del mito a “endiosamiento de la razón”. Al igual que Cornford, Emile Durkheim decía : “ La estructura del pensamiento humano, que incluye las categorías lógicas y los conceptos de espacio y tiempo, fuerza y causalidad, consiste en “representaciones colectivas” que son proyecciones hacia el exterior de la estructura de la sociedad humana” (Thomson, Op. Cit, p.197). De este modo el lugar del dios es tomado por el producto primero de la razón: la sociedad humana. Este argumento bien manipulado por el etnocentrismo garantizó que cualquier otra manifestación del espíritu humano que quedara fuera de este giro, fuera considerada como “inferior” o como perteneciente a un “estado primitivo”.
No tardó en aparecer la crítica a semejante pretensión, iniciada por Burnet, en “Early Greek Philosophy” (obra de 1892, reeditada en 1908 y nuevamente – y aquí aparece la crítica- en 1920) y en “ Greek Philosophy from Thales to Plato” de 1914. al respecto dice que lo único novedoso que realizó aquella sociedad griega fue “repetir el mito con otra terminología”. Lamentablemente a posteriori Burneo no siguió profundizando la cuestión y encaminó sus estudios hacia Platón con exclusividad. Mas adelante se suma a la crítica Farrington quien en “Greek Science” de 1944 señala respecto del “supuesto milagro griego” : “ La novedad de sus modos de pensamiento se explica sólo negativamente por su rechazo de la intervención divina o sobrenatural” ( Thomson, Op. Cit., p.198).

Un segundo problema que debemos enfrentar, y muy especialmente al tratar sobre Budismo es su “heterodoxia”, la que si bien nos autoriza a hacer algunas generalizaciones, debemos permanentemente aclarar de que escuela, lugar o época estamos hablando en cada caso.
Los estudiosos argentinos, como Vicente Fattone, Carpio o Cappelletti, sólo centraron su estudio en el budismo primitivo de la India, desechando el estudio del desarrollo del budismo antiguo, de los concilios budistas, del medioevo chino, coreano y japonés y del budismo moderno, como si todo esto no fuera más que comentarios o notas al pié de los Sutras de Shakyamuni. Difícilmente hoy reconoceríamos en el budismo actual los rasgos mas sobresalientes del budismo primitivo, pero sin duda alguna se trata de budismo y la prueba se encuentra justamente en su evolución histórica y geográfica (permítaseme usar este término para resumir la “asimilación” del budismo por culturas “estancas” como fueron las china, coreana y japonesa antiguas; que si bien no se trata de un “sincretismo” marcaron una típica caracterología en esta doctrina “extranjera”).
Esta dificultad que acabamos de señalar hace que solamente se conozca al “buda histórico” Siddharta Gautama o Shakyamuni, y se desconozca por completo a los Budas Amida, Maitreya, y Nichiren Daishonin. Ignorar esta evolución es como pretender que el estudio del cristianismo comience con el antiguo testamento y culmine en Juan el Bautista, sin llegar a la figura “que vendrá a bautizarlos con fuego y el espíritu santo”.
De igual modo, sólo a través de la evolución histórica se puede comprender la profundidad de la obra de Gautama, cuyo único propósito – visto desde nuestra contemporaneidad - es anunciar la llegada del Buda Verdadero, del Buda Original, que establecerá la “enseñanza correcta” cuando la “enseñanza provisional” pierda su eficacia. De inmediato volveremos sobre este tema central.

La tercera dificultad que enfrentamos es la falta de acuerdo entre los estudiosos respecto de las comparaciones con otras filosofías o con otras religiones. Algunos las prohíben lisa y llanamente fundándose en el riesgo que implicaría el “forzar teorías” para encontrar parecidos o diferencias, más aún cuando tal propósito está dirigido por intereses particulares de desacreditar la teoría o de respaldar la propia buscando un parecido inexistente, lo que vulgarmente llamaríamos “llevar agua hacia el propio molino”. Tal razón es más que atendible porque abundan las malas interpretaciones, las malintencionadas interpretaciones, las transpolaciones sin fundamento, y el peligrosísimo bienintencionado “analogismo infundado”, es decir, “todo es lo mismo” todos buscan el bien, etc. ( Wing Tsit Chan, El Espíritu de la Filosofía de Oriente, Breviarios del FCE, Mexico, 1954 ). Ejemplos de estos errores metodológicos son De Groot que relaciona el Yin-Yang con dios-demonio y Abel Remussat (quien introdujo el Tao Teh King en Europa) que creyó encontrar el nombre del dios de Israel en el Tao Teh King (Citas de Juan Marín, Lao Tse o el Universismo Mágico, Austral, Bs. As. , 1952, ps. 35 y 73)
Otros se pronuncian en sentido contrario, Carpio, Cappelleti, Castellani, Granet, Imbelloni, única manera posible de acceder a la riqueza conceptual de oriente cuando un término lingüístico es insuficiente para expresar tal amplitud se hace necesario buscar un punto de referencia entre teorías o autores conocidos. Dice el Conde de Keyserling (“Diario de viaje de un Filósofo, traducción de García Morente, T I, p.60): “Detrás del europeo no hay más que su historia, la cual le presta relieve, pero este fondo es siempre finito. Detrás del oriental está la leyenda, el cuento; en cuanto posible es más que lo real. El fondo del asiático es la naturaleza inmensa, el acontecer cósmico infinito. No contrapone jamás el hombre a la naturaleza sino que lo considera parte de ésta. ¡Qué grandeza de estilo da al arte oriental su carácter no antropomórfico!”.
Adherimos fervientemente a esta postura porque pensamos que no hay otra manera de internalizar la cultura de oriente, si no queremos correr el riesgo que denuncia la postura contraria. Queremos significar que independientemente de comulgar o no con el Budismo, en este caso, con cualquier otra manifestación cultural de oriente, en otros, hablemos de todo pensamiento de oriente en general, debemos comprenderlo, no basta con conocerlo, si bien es un primer paso, es necesario apropiarse de la experiencia necesaria para ser permeable a él y de este modo enriquecerlo y enriquecernos; la experiencia mínima es el debate interno para saber, como dice Jung, que uno no es el único señor de la casa. Esta fuente, que se presenta al hombre occidental, casi intacta de filosofía y religiosidad, literatura y estética no debe pertenecer únicamente al hombre oriental, debe ser patrimonio de toda la humanidad, el encuentro entre oriente y occidente no debe ser de mero contacto, sino de interpenetración.

Hechas esta aclaraciones comencemos a caracterizar al Budismo en sus rasgos más generales. Previamente dejemos bien sentado que Budismo no es, como dicen los diccionarios “seguir las enseñanzas de Buda” como si se tratase de un canon normativo al cual ajustarse, budismo es transitar el camino del Buda, es el esfuerzo volitivo para alcanzar el estado de budeidad, es decir de iluminación. Por ello el budismo no es una ciega fé, es fé, práctica y estudio.
Siguiendo el criterio del filósofo chino Wing Tsit Chan (Op. Cit.) caracterizaremos al Budismo de la siguiente manera:
Primero: Prioriza lo antropológico por sobre lo metafísico, pero subordina al individuo a la vida colectiva, por ello no tiene necesidad de designar al sujeto, ni le importan las ideas abstractas ni informar correctamente o con precisión, es más importante la belleza del estilo de la oratoria y el poder encaminar la conducta; “las palabras tienen más el carácter de valoraciones que de conceptos claros” dice Carpio (Adolfo Carpio, El Tao Te King de Lao Tse, Sudamericana, Bs. As., 1957).
Segundo: En cuanto religión se encuentra más cercano a una ética o filosofía de vida que al teísmo occidental. El hombre no necesita de ninguna Gracia para su salvación, depende de su propio esfuerzo; tampoco se nutre de la revelación, el sistema es de gran rigor lógico pues está constreñido a la ley de causación; tampoco depende de la existencia de la deidad, las deidades como los demonios son sólo “funciones” y no tienen otra entidad.
Tercero: La causación no tiene principio ni fin, es una rueda ( mandala ).
Cuarto: Transita por un camino propio, se opone a la concepción espiritualista (“atman” (del yo, alma, espíritu) Upanisahs) y a la concepción materialista del hombre (charvakas); Se encuentra entre los “eternalistas” , defensores del puro ser (del tipo parmenídico) y los nihilistas (que afirman el no ser, como ciertos sofistas , por ejemplo Gorgias). También se encuentra entre los monistas védicos ( que afirman el Uno en la superación del ser con el no-ser , del tipo neoplatónico como Plotino) y el pluralismo dinámico (devenir – parecido al Heraclitismo).
Es un “Totalismo” es decir que el universo es creado por la acción de la totalidad de los seres.
Quinto: El método de argumentación es lógico.
Sexto: Debemos considerar al budismo como idealismo limitado ya que la mente humana no alcanza a conocer la realidad última. A diferencia del Brahmanismo que algunos autores llaman una filosofía de “esoidad” ( de “eso”) el Budismo es una filosofía de “asidad” ( de “así”) la realidad se manifiesta en un instante, nada permanece, el universo es un incesante fluir de ondas vitales : Samsara. (Junjiro Takakusu, El budismo Filosofía de “Asidad”, Breviarios del FCE, México, 1954)
Desde el punto de vista universal es la ley (Dharma), desde el punto de vista personal (del Buda) es “asidad” o “talidad” ( así llegado – tal). La naturaleza del buda y la naturaleza del principio son lo mismo.
Séptimo: No hay fatalismo, sólo hay indeterminación, ya que no hay destino, ni decretos del hado. Cada ser está absorto en la creación de sí mismo y no hay riesgo de perderse porque nadie puede extinguir el influjo de su acción (efecto) o energía latente (efecto latente).
Las manifestaciones cambiantes son la identidad y es imposible su desaparición. Así como se alean dos metales, la entidad es la misma donde sólo cambia el punto de vista, por ejemplo el agua y la ola (o el fuego y la llama).

Pasemos ahora al desarrollo histórico: Dice Marín (Juan Marín, Buda o La Negación del Mundo, Espasa Calpe, Bs. As. 1954) “El budismo no nació bruscamente sobre un suelo virgen” y apoyándose en la autoridad de destacados hinduistas como Hermannn Oldenberg, Max Müller, Bloomfield, Zimmer, René Grousset y Schweitzer, entre otros afirma “la continuidad evidente e indisoluble entre los tres grandes períodos del pensamiento indostánico: Primera Etapa: Filosofía Vedanta: El Rig-Veda, politeísmo orientado a un monismo representado por el universo (Circa 1000 años AC) y el Atharva – Veda : búsqueda del yo a través de la introspección (Atman) (diríamos que es un subjetivismo muy cercano al solipsismo).
Segunda Etapa: Filosofía de los Brahamanes (Upanishads) 800 años AC, Desplazamiento del Dios Universal (macrocosmos) al yo humano (microcosmos). Irrealidad del mundo exterior, sólo el ego existe. Dios no es el universo sino una fuerza de vida (Pan-animismo).
En el último período comienza la “laicización” del Brahmanismo, el destino humano se desliga del culto y de la ceremonia sacrificial del sacerdote para pasar a depender de la propia conducta. Nace así la teoría del Karma entre la casta de los nobles guerreros o príncipes (Kshatryas), no entre los Brahmanes.
La materia es una emanación del Atman.
Tercera: El Buda niega la existencia del yo (Atman), lo considera como una “sucesión de estados mentales”, como una “cadena de estados de conciencia”; le niega al yo todo carácter de permanencia por lo que no puede trasmigrar. De este modo se transforma la idea de Karma que pasa a ser “el fruto moral de las acciones” (Marín, Op. Cit. P. 51) “Nadie, dice el Buda, ni aún un dios, puede cambiar en derrota la victoria que un hombre ha obtenido sobre sí mismo”.
La doctrina budista es un proceso intelectual de auto cultivo, nada hay en ella ni teológico ni metafísico. La causa del sufrimiento es la ignorancia, por lo que estimuló el pensamiento reflexivo de la India.

Después de la muerte del Buda, 500 principales discípulos se reunieron presididos por Kasyapa con el fin de dar estructura y cohesión a la enseñanza del Maestro. De esta magna asamblea (Primer Concilio) no resultó escrito alguno, siguió la transmisión oral.
Ciento diez años después de la muerte del Buda, los fieles se reunieron en un nuevo Concilio (Segundo) considerado como una continuación del anterior.
Doscientos treinta y un años después de la muerte del Buda (Año 246 AC) se realizó el Tercer Concilio en Patna bajo la presidencia del Rey Asoka. Aquí aparecen los primeros escritos en lengua Pali.
Asoka Piyadasi era nieto del célebre Sandragupta, fundador de la dinastía de los Maurya, (luego de que el Imperio Alejandrino decayera y se dividiera en una larga anarquía de reyezuelos y caudillos militares fue quien la unificó nuevamente).
A fines del Siglo 1º el Cuarto concilio tuvo logar en Kashmir ( Cachemira) bajo la presidencia del Rey Kanishka. Aquí aparecen los primeros escritos en sánscrito (lengua Cachemiriana).

La exageración de la doctrina del Karma niega la caridad, la higiene y la medicina y dio origen a una escuela cismática: la Escuela Mahayana.
La Escuela Hinayana representa la ortodoxia, se los denomina “anihilacionistas” (de aniquilación en el Nirvana) sus santos son los “Arhats” (Lo-hans, en chino) los discípulos directos del Buda.
A la Escuela del Mahayana se los denomina “eternalistas” (porque creen en la eternidad de la vida) y sus santos son los bodhisatwas.
Las principales sectas del Mahayanismo son: Madhyamikas, derivada del relativismo absoluto de Nagarjuna (año 100 AC) (todo es ilusión excepto el vacío).
La de Vignanavada o Yogasara, fundada por el filósofo Abanga de Peshawar ( S. IV) su denominación significa “Doctrina de la Realidad Unida del Pensamiento” que sostiene que existe un sustrato real (alayavignana) que es fuente de toda actividad mental. Ambas escuelas establecen que existe una doble verdad, una vulgar y otra recóndita.

Esta dualidad toleró toda clase de fetichismos populares y prontamente aparecieron signos de que el tantrismo hindú había encontrado una presa fácil. Así invadieron y contaminaron a las sectas de Vajrayana (Vehículo del Diamante) y a la Mantrayana (Vehículo de la formulas mágicas).
Esta parte de la doctrina búdica fue contaminada de paganismo Sivaísta y chamanismo tibetano, “el brahmanismo era demasiado poderoso para dejarse derrotar sin resitencia. La demonología de Siva emigró en masa a los jardines búdicos” dice Marín (Op.Cit. p.135) Así nació el Tantrismo Búdico o Lamaísmo “la mayor de las corrupciones de la doctrina” (Op. Cit. P.57), que podemos afirmar junto al padre jesuita León Wieger se trata más de un Sivaísmo que de budismo.(León Wieger, Bouddhisme Chinois)

Marcel Granet, sostiene que el budismo penetró desde muy temprano en China y nada tiene que ver el mito del sueño del Emperador Ming-Ti ( año 61).
La Escuela Esotérica y el Zenismo entraron en China por obra del monje Bodhidarma, (se cree que fue expulsado de India por uso de magia y corrupción de la doctrina) Se asememeja más a un Vedismo (como el de Prjnatara) y si debemos compararlo con occidente podemos hacerlo con cualquier clase de nihilismo. Estableció el Papado, hubieron seis Papas búdicos y se los conoce como “Los Patriarcas del Este”.
De éstas nacieron en China cinco Sectas:
1- Vinaya, disciplina de las cuatro Divisiones ( o Escuela de las colinas del Sur), sus sacerdotes visten túnicas negras.
2- Yoga Mi- Kiao (Enseñanza secreta del Yoga).
3- Wei-Shi-Hsiang-Kiao, basado en el célebre libro (Shastra) Wi-Shi-lun. Estudia la naturaleza.
4- Lung-Shu, fundada por Nagarjuna (Secta del árbol del Dragón) es esotérica y se basa en el estudio del libro (Shastra) Cheng-lung.
5- Hwa –yen (Escuela de la verdadera naturaleza) centrada en el estudio del sutra Hwa –yen
6- Posteriormente nació una nueva escuela que rápidamente desplazaría a las demás, se trata de la Escuela del Loto (Lien-Tsung) o Escuela de la Tierra Pura (Tsing-Tu). Sostiene el culto de Kwan-Yin y de Amithaba. Con esta escuela el budismo ateo se convirtió en politeísta.
7- Por otro lado siguió desarrollándose la Escuela Shang (Zen), que rechaza todo estudio del canon y concede valor únicamente a la meditación.
8- También debemos mencionar a la Escuela T’ienT’ai (Escuela de la Doctrina Redonda y de la triple verdad (1-las cosas no tienen realidad (vacío) 2- pero tienen existencia temporal (temporalidad) 3- al mismo tiempo son el estado verdadero (fenómeno y noúmeno). Se desarrolla bajo el emperador Jen-Sung quien en 1053 fundó el monasterio de esta secta.
El desarrollo del budismo en China se debió a las traducciones, especialmente a la del Sutra del Loto, siendo la primera de Dharmaratsa (en 286), pero no tuvo mucha difusión, en cambio sí la tuvo la de Kumarajiva ( en 413). Este, el Sutra más importante, la corona de todos los Sutras se denomina en sánscrito Saddharma Pundarika (Admirable Ley – Loto blanco), en chino Fu-Hua-Ching ( ley-loto-sutra) y en japonés solemne Myoho-rengue-kyo (Admirable ley loto sutra) y en japonés no solemne Hokekyó.
Un párrafo aparte merecen las representaciones escultóricas chinas del Buda, tan diferentes a las del arte greco-búdico de Ghandara. Esta diferencia se debe a que en China no se representa a Gautama sino a Maitreya (Mi-ley o Mi-lo) y su vientre prominente revela la influencia taoísta, especialmente lo relacionado con Teh (de Tao Teh) fuerza de la naturaleza contra la fuerza del artificio humano, el “Wu Wei” dejar obrar a la naturaleza “llena los vientres y vacía las cabezas” (Angel Cappelletti, Lao Tse y el Taoísmo Primitivo, Sta. Fe, UNL Nro 61, 1964)

Estas escuelas pasaron por Corea por ejemplo la escuela Hwa Yen se denominará Hwaom y fue introducida por el monje Eisang (625-702).
La Escuela Shang se denominará Son (meditación) y fue introducida por el maestro Eich-ion durante la dinastía Koryo (criticaba los gastos de fondos públicos de la casa real en publicar Sutras, por lo que centraban su práctica en el apredizaje oral (Kyo) y la meditación (Son) (Meditación de la nueve montañas).
La Escuela de la Tierra Pura dio la base moral durante el período del reino de Silla y en sus templos se observa a la trinidad : en el centro Mahavairocana ( en coreano- Taeil Yorae, en chino Omi-To- Fu , de Amithaba) símbolo de la luz; a la izquierda, Avalokitesvara (en coreano – Kwanum Posal , en chino Kwan -Yin) símbolo de la compasión; y a la derecha Manjusri ( en coreano Munsul Posal , en chino Ta-Shih-Chi, la infinita fuerza) símbolo de la sabiduría.
Otros monjes eruditos que se destacaron fueon Po –U que dio origen a la filosofía Tonghak, y sobre todo Won Hyo (617-686) que luchó incansablemente contra la rigidez y el monopolio aristocrático, sistematizó e integró las distintas doctrinas creando una filosofía práctica para la gente común.
Con el advenimiento de la dinastía Choson (1392-1910) se adoptó el neoconfucianismo como religión del Estado y se oprimió al budismo que se recluyó en las montañas.

Las cinco escuelas Chinas que pasaron a Japón fueron: (Wing-Tsit-Chan, historia del la Filosofía China, Breviaros del FCE, Mexico, 1954, p.99 y ss.)
1- Hwa –yen (Escuela de la verdadera naturaleza) (En Japón se llamará Kegon) (Circa 600). Basada en la causación universal (Totalismo) donde todo es armónico y sin obstáculo
2- Escuela de la Tierra Pura (Tsing-Tu) (En Japón se llamará Jodo) (Circa 300).
3- La Escuela Shang (En Japón se llamará Zen), Fue llevada a Japón en el S. XII por el monje Yeisai (1141-1215). Y desarrollada gracias al celo del monje Dogen. Se transmite de pensamiento a pensamiento, por ello no hay nada escrito. Por ello D.T. Suzuky habla de cualquier cosa menos de Zen.
4- La escuela Mantrayana (que en Japón se llamará Shingon – Palabra Verdadera) (Circa 300). Más que un sistema filosófico es una religión mística. Sostiene que el universo es el cuerpo del Buda.
5- T’ien T’ai ( en Japón se llamará Tendai) (Circa 580)

El Buda Shakyamuni predijo el carácter cambiante de la ley y la condición de vida que puede ser alanzada a través de la práctica durante cada período de 500 años después de su muerte: el 1º - Era de la Iluminación donde alcanzaban tal estado los discípulos del Buda histórico, por ello se conoce a este budismo como el budismo de la cosecha.
2º -Era de la Meditación: no podrían alcanzar la iluminación pero sí estados elevados de vida a través de la meditación.
3º - Era de Recitar, leer y escuchar, la practica consiste en leer los Sutras.
4º - Era de la construcción de Templos y Stupas, por estas buenas causas se podían obtener beneficios.
5º - Era de ocultamiento de la ley y de conflictos, donde perdería totalmente eficacia la enseñanza de Shakyamuni, pero en tal época, predijo que haría su advenimiento el Buda Original que siembra la semilla de la budeidad ( a este se lo llama el budismo de la siembra) y propagará la ley budista por todo el mundo.
Los eruditos T’ien T’ai y Dengyo advirtieron las diferencias entre las épocas de Shoho, Zoho y Mappo, los dias primeros e intermedios de la ley y los últimos días de la ley.
Las enseñanzas de Shakyamuni se impartieron de acuerdo con la capacidad de la gente, en la Era de Mappo la enseñanza es impartida sin importar la capacidad de la gente, sino a la capacidad del Buda.
Cumpliendo con esta profecía el 16 de febrero de 1222, en una villa de pescadores en Kominato (Japón) nació Nichiren Daishonin quien vino a demostrar con su propia vida el cumplimiento de la profecía. De este modo estableció la práctica para esta época y para toda la humanidad.

Llegado a este punto, es el momento apropiado para entregar la palabra al Reverendo Shudo Ijiri para que nos dirija en esta primera exploración de un tema del budismo de hoy: El Karma. A todos los presentes muchísimas gracias por su paciente atención.

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